El corazón de la ciudad es Piazza Maggiore, en su centro la Fontana del Nettuno; aquí tienen sede la vida civil y religiosa y en esta plaza encontramos los más renombrados edificios medievales: il Palazzo Comunale, data del “trecento”, El Palazzo dei Banchi del “cinquecento” y la Basilica di San Petronio que se erige delante del Palazzo del Podestà.
Es entonces una plaza rica en historia que nace para acoger el mercado en torno al año 1200. De hecho todos los edificios fueron comprados por el Comune y después destruidos en el “quatrocento”, cuando la plaza adquirió su forma actual. Una pequeña curiosidad: aunque es uno de los lugares más populares de la ciudad, parece que la plaza trae mala suerte a los estudiantes de la Universidad boloñesa: la leyenda dice que la plaza no tiene que ser nunca atravesada por el centro, ¡solamente por los lados del perímetro!
Adyacente a la plaza pueden encontrarse la Basilica di San Petronio, la iglesia más prestigiosa de la ciudad y la quinta más grande del mundo. Empezó a construirse en el año 1390 pero los trabajos continuarán por muchos siglos.
La torre degli Asinelli y la Garisenda son una etapa obligada durante la visita a Bolonia; Constituyen de hecho uno de los símbolos de la ciudad. Fueron alzadas varias torres, en torno al siglo XIII, y cumplían función militar, pero hoy solamente nos queda poco menos de 20.
La torre degli Asinelli tiene 97,20 m de altura y los turistas pueden subir los 498 escalones para llegar hasta la cima y disfrutar del precioso paisaje. La Torre Garisenda tiene tan solo 47 m de altura, pero no es posible visitarla.
La Pinacoteca de Bolonia alberga una de las más importantes muestras italianas: cuenta con obras de Raffaello, Guido Reni, Perugino, Vasari, Tintoretto, y muchos más.
Visita obligada son los preciosos y largos pórticos. Los soportales son un elemento arquitectónico pero también funcional, ya que durante el mal tiempo resguarda de la lluvia, mientras que durante los meses de calor protege del sol. El pórtico más famoso tiene 4 km de largo y conecta el centro de la ciudad con la iglesia de San Luca, situada en las colinas de la Guardia.
La iglesia, dedicadas a San Luca, fue construida hacia la mitad de 1700 y presenta una planta elíptica de cruz griega, en su interior están expuestas obras de Guido Reni y del Guercino.
Aunque no todo el mundo es consciente, Bolonia es desde siempre una ciudad de agua.
En el pasado, se realizaron muchos canales para alimentar a los molinos, pero durante los años 50 muchos de esos canales fueron soterrados, llevando así al olvido esta característica de la ciudad. sólo recientemente, los canales han sido reconsiderados por la población boloñesa, que está tratando de reconocerla nuevamente como ciudad de naturaleza “acuática”.